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lunes, 5 de marzo de 2012

¡Sonría está en la Bahía!

Con diez meses en Brasil y apasionado por Daniela Mercury, decidimos ir a un tercer encuentro con esta gran y extraordinaria artista (Primer encuentro: Año nuevo 2011- Rio de Janeiro. Segundo encuentro 50 años de CAIXA – Sao Paulo). ¿Dónde la podíamos ver? La respuesta fácil: “Carnaval de Bahía”, así que decidimos enrumbarnos al nordeste brasileño a disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Llegamos a Salvador el 14 de febrero, el día del amor en casi todo el mundo menos en Brasil puesto que aquí se celebra el 12 de junio pero yo celebro las dos fechas ¡es mejor! Decidimos pasar ese día en la playa, para luego ir al muy conocido pueblo de Pelourinho, esta pequeña ciudad dentro de Salvador guarda entre sus calles y cada rincón mucha historia colonial con sus tantas iglesias repartidas por todo el colorido pueblo. Las calles decoradas por el carnaval infestado con diferentes tipos de música y todo el mundo muy alegre por la llegada de los días de fiesta que comenzaban el jueves 16, pero que en realidad comienza una noche antes.
En Pelourinho encontré una iglesia tan linda como tan abandonada, una iglesia que por lo que se, fue escenario importante de la película brasileña nominada al Oscar “El pagador de promesas” pero no era la única iglesia que vi de ese modo, junto al Elevador Lacerda, en la parte baja otra templo de Dios que llego a Bahía desde Portugal en bloques para ser ensamblada en destino, con mucho valor histórico de paredes de piedra totalmente descuidada. ¡Una lástima!
 Nos enteramos que  Daniela Mercury se presentaría en el carnaval el viernes 17, sábado 18, lunes 20 y martes 21. Lo mejor de todo que el primer día seria sin cuerdas, es decir muy cerca de ella y gratis. Espere con muchas ansias el viernes para saber cómo era el tan famoso carnaval de tríos eléctricos y obviamente ver a la reina de AXE. Y el día llego, mi corazón latía a mil, eran muchos sentimientos, sentía mi piel un cosquilleo que es inexplicable; cada vez llegaba más y más gente pero no me importaba, solo quería verla disfrutar de lo que ella sabe hacer muy bien: “Cantar, bailar y transmitir esa fuerte energía al publico que la sigue”. Durante estas largas horas de acompañar al trío, uno pierde la noción del tiempo. Con mucho cuidado tomábamos fotos para registrar estos grandes momentos que solo se viven una vez y para los que bien me conocen, ¡una cámara de fotos es mi accesorio favorito para ir a todo lugar! De ese modo acompañamos todos los días a la Reyna del carnaval con toda la gente que llegaba de todos los rincones del mundo.
 
Durante el día las calles cercanas por donde pasaban los tríos estaban llenas de basura propio del carnaval que rápidamente era limpiado; lo que si quedaba era el olor impregnado de orina que con el fuerte calor se hacía más pesado. Todas las veredas estaban invadidas de carpas de todo tipo o simplemente bolsas de dormir de personas que venias al carnaval para que esta semana de fiesta se convirtiera en semana de negocio, pues vendían cerveza, agua, gaseosas, entre otros cosas durante la noche y durante el día simplemente dormían como podían con toda la familia que migraba con ellos.
El miércoles, último día de carnaval decidimos ir a conocer un poco más de las maravillas que nos ofrecía Bahía, así que fuimos al Faro de Itapua, un lugar lindo donde tomamos unas fotos espectaculares; seguimos con nuestro paseo y decidimos ir a la no más tranquila Laguna de Abaeté. Al bajar del carro mis dos amigos, mi pareja y yo comenzamos a caminar por esa arena blanca que nunca antes vi y una laguna de color turquesa que me decía ven a nadar. Decidí entrar y refrescarme en sus aguas, luego corrí hacia una pequeña duna con uno de mis amigos, si saber lo que nos pasaría. En ese momento cuestión de segundos mi pareja estaba siendo asaltado por dos sujetos uno con cuchillo en mano y  el otro con revolver, no logre entender lo que sucedía pues cuando volteé para que mi pareja me tomase una foto, vi que uno de estos ladrones me hablaba y no entendía nada lo que me decía por la rapidez y mala pronunciación del idioma portugués y fue el brillo del sol que me hizo ver que este sujeto me estaba apuntando con su pistola; fueron segundos de pánico solo escuchado la voz de mi pareja que me decía sal de allí y la voz de mi amigo que me decía ven para acá. Ese día no conseguí dormir solo pensaba en esos segundos, de perder a la personas que amas, que si yo moría,  etc.  No sé que era peor el momento del robo o la actitud de la policía que simplemente no hizo nada solo se dedico a pedir nuestros datos y de las otras doce personas que llegaron a la comisaria para sentar la denuncia porque también habían sido asaltados por estos dos sujetos en la Laguna de Abaeté.
Sé que un asalto puede ocurrir en cualquier lugar del mundo y a cualquier hora, lo que no puede suceder es la actitud de la policía ante un hecho como este, que ocurrió en un lugar turístico que deja un mal sabor en la boca y una impotencia  de no poder hacer nada, por tal motivo queda no recomendar este punto turístico de la Bahía. ¡Gracias a Dios la iglecia del Bom Fim, está bien cuidada!
En conclusión de me experiencia el Salvador – Bahía fue de sentimientos encontrados, por un lado el disfrutar de Daniela Mercury, los bellos atardeceres en la playa, Pelourinho, la rica comida y por otro lado el sin sabor que te deja un asalto el descuido de las autoridades y del mismo pueblo bahiano que no valora su patrimonio histórico que tienen en sus manos.



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